La escultura de la chata
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La Infanta Isabel de Borbón tenía una vinculación especial con el veraneo de La Granja. Así, los asistentes al “Corro de la Chata”, tertulia habitual que celebraba en los Jardines, quisieron recordar su presencia encargando al escultor Lorenzo Coullaut-Valera una estatua que recordara su presencia. Esta se inauguró en 1928, aún en vida de la Infanta, quien fallecería tres años más tarde en París
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